¡Bienvenido a la Academia San Agustín!

Queridos amigos,

Bienvenidos a la Academia San Agustín, un orgulloso campus de la Academia Católica de Bridgeport, donde ofrecemos mucho más que una educación excelente. Con raíces en la fe, el amor y el servicio, nuestra escuela es una comunidad vibrante y llena de alegría donde los estudiantes son reconocidos, valorados y educados como los hijos únicos de Dios que son. Nuestros educadores, dedicados y apasionados, se esfuerzan cada día por acompañar a los estudiantes en su proceso de desarrollo personal y en su crecimiento en la fe, el conocimiento y el carácter.

En San Agustín, Cristo no es un añadido a nuestra jornada; Él es el centro de todo lo que hacemos. Nuestros estudiantes oran juntos, sirven juntos y aprenden juntos, creciendo no solo en sabiduría sino también en compasión. Animamos a cada niño a «practicar la justicia, amar la misericordia y humillarse ante Dios» (Miqueas 6:8), preparándolos para ser líderes íntegros en un mundo que necesita esperanza y sanación.

Como escuela con una misión clara, estamos profundamente comprometidos con la justicia social y la equidad, empoderando a nuestros estudiantes para que se conviertan en defensores de la paz, constructores de puentes y voces para quienes no tienen voz. Nuestro pequeño y familiar entorno ofrece un espacio seguro e inclusivo donde estudiantes de todos los orígenes son bienvenidos y valorados. Consideramos la diversidad como una fortaleza y nos tomamos muy en serio el llamado a construir un mundo más justo y amoroso.

Ya sea una familia que busca una escuela donde su hijo sea apreciado y querido, una familia que actualmente nos acompaña en su camino de fe o un donante que considera invertir en nuestra misión, los invito a experimentar la alegría transformadora de la Academia San Agustín. Vengan y descubran lo que significa pertenecer a una comunidad donde los estudiantes prosperan, no solo académicamente, sino también espiritual, emocional y socialmente.

Gracias por su interés, su colaboración y sus oraciones.

Con gratitud,

Dra. Allison Jordan-Hurtt

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